Summary: | Existe un gran potencial en los países tropicales de América Latina para
la utilización de la yuca seca en la alimentación animal. También hay buenas
perspectivas para incluirla en la alimentación humana como fuente
de calorías en productos elaborados, junto con otras materias primas; algunos
ejemplos son las harinas compuestas para sopas y coladas, el pan
y las pastas. Se ha creado así la necesidad de desarrollar métodos de secado
que sean eficientes, confiables respecto a la calidad del producto y
factibles, técnica y económicamente, de manera que estos tres aspectos
se consideren dentro de las condiciones socioeconómicas de los países en
vías de desarrollo.
Entre los diferentes sistemas de secado, hay dos que, por la baja inversión y
el manejo sencillo, despiertan mayor interés: el secado natural y el secado
artificial en capa fija. El secado natural de trozos frescos de yuca depende
por completo de las condiciones climáticas, lo que restringe su uso en las
épocas lluviosas del año. Por esta razón, se han desarrollado estrategias
para prolongar el periodo de secado y posibilitar el suministro continuo de
yuca seca. La tecnología de secado de capa fija con circulación artificial de
aire caliente se basa en una fuente de calor, usando diésel, gas propano o
carbón mineral. Esta tecnología usa diferentes etapas de transformación
a través de módulos que permiten adecuar y convertir las raíces frescas de
yuca en trozos secos.
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