| Sumario: | La demanda global de agua ha superado el crecimiento demográfico,
lo cual ha llevado a que cerca de la mitad de la población experimente
una grave escasez de este recurso durante al menos un mes
al año. Además, actualmente la mayoría de los ríos en África, Asia y
América Latina presentan niveles de contaminación más altos que en la
década de 1990. También se estima que en los últimos cien años se ha
perdido entre el 50 % y el 70 % de los humedales naturales en todo el
mundo (Organización de las Naciones Unidas [onu], 2019).
La oferta de agua en Colombia está en riesgo, situación que
se agrava debido a que las fuentes hídricas no disponen del
caudal suficiente, presentan deficiencias en su capacidad de
regulación y son vulnerables a los fenómenos de variabilidad
y cambio climático (Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial, 2010). Estos escenarios climáticos pueden
conllevar reducciones de hasta el 40 % en la precipitación en
una tercera parte del territorio nacional y aumentos de alrededor
2,1 °C para el año 2100 (Instituto de Hidrología, Meteorología
y Estudios Ambientales [ideam], 2015).
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