Sumario: | El estudio piloto tuvo como objetivo evaluar el impacto del maíz biofortificado en las brechas nutricionales de hierro, zinc y proteína, y el estado nutricional de zinc, en mujeres y niños de familias en el oriente de Guatemala. La metodología incluyó un seguimiento de hogares que siembran maíz biofortificado, analizando su ingesta de nutrientes a través de recordatorios de 24 horas y cuestionarios de frecuencia de consumo. Los resultados mostraron que el maíz biofortificado tuvo un efecto positivo en la ingesta de zinc y hierro en las madres, aunque la brecha de hierro persistió. En niños, los efectos fueron menos evidentes, posiblemente por un menor consumo de maíz. Se concluye que el maíz biofortificado es un buen vehículo para mejorar la calidad nutricional, pero debe complementarse con estrategias para diversificar la dieta y mejorar la biodisponibilidad de nutrientes.
|