Peste porcina africana.

El virus de la peste porcina africana es un DNA de la familia Irodoviridae y es el único de este grupo de virus que afecta a mamíferos. Una vez se establece la enfermedad en cerdos domésticos, ésta se propaga rápidamente entre ellos por contacto directo. El virus presente en las excresiones y secrec...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor principal: Mogollón Galvis, José Dario
Formato: book part
Lenguaje:Español
Publicado: Instituto Colombiano Agropecuario 2018
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/20.500.12324/28957
Descripción
Sumario:El virus de la peste porcina africana es un DNA de la familia Irodoviridae y es el único de este grupo de virus que afecta a mamíferos. Una vez se establece la enfermedad en cerdos domésticos, ésta se propaga rápidamente entre ellos por contacto directo. El virus presente en las excresiones y secreciones de animales infectados se transmite aparentemente a otros animales mediante la ingestión. En los casos subagudos, en ocasiones sobreviene la muerte sin síntomas aparentes de enfermedad. En casos agudos generalmente se presenta un período febril que dura de tres a cuatro días. Poco antes de la muerte la temperatura comienza a disminuír. Los animales dejan de comer y se amontonan. Se observa debilidad del tren posterior, áreas cianóticas en la piel de las orejas y las extremidades. Otros síntomas que se encuentran son secreciones nasales y conjuntivales, vómito y diarrea. En las formas subagudas y crónicas la fiebre puede persistir varios días o fluctuar irregularmente. Es aparente la emanación, detención del crecimiento o presencia de neumonía y artritis. El diagnóstico se basa en la historia del brote, signos clínicos y lesiones postmortem. Sin embargo, cuando la enfermedad se hace enzoótica los signos y las lesiones varían considerablemente y se requiere siempre confirmación del laboratorio. Un diagnóstico positivo requiere la detección del antígeno viral en tejidos tales como bazo, ganglio, amigdala, pulmón mediante la técnica de inmjunoflorescencia directa o el aislamiento del virus en cultivos de linfocitos. La primera línea de defensa debe ser impedir la entrada de la enfermedad. Los locales y equipos contaminados en casos de ingreso de la enfermedad se pueden desinfectar con fenifenol. Los animales enfermos y sus contactos se deben sacrificar e incinerar o entrerrar. No existen ni tratamiento, ni vacunas contra esta enfermedad