Summary: | En Colombia la relación campo-ciudad ha estado caracterizada por el
desarrollo desigual y una marcada inequidad. El sector rural ha cumplido
históricamente una función de abastecedor de productos y servicios
requeridos durante el proceso de expansión urbana: alimentos, minerales y
mercancías básicas (commodities) para las industrias y mano de obra con poca
especialización.
Colombia es el país más desigual de América Latina en cuanto a la distribución
de la tierra (Paz-Cardona & Latam, 2018). Aún persisten las dificultades para
lograr la formalización y la regularización de los derechos de la propiedad
rural. Además, no se han cerrado las brechas respecto a la cobertura y la
calidad en la oferta de servicios como educación, salud, infraestructura
y provisión de bienes y servicios públicos básicos como agua potable,
alcantarillado, electrificación y vías de conexión a centros urbanos. Sumado a
esto, los pobladores rurales enfrentan retos de adaptación al cambio climático,
que incluyen la restauración y la reforestación en respuesta a la degradación
ambiental por haber mantenido prácticas agrícolas recomendadas en
paquetes tecnológicos de revolución verde.
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