Sumario: | Existen básicamente dos formas de propagación de
las plantas: la propagación sexual, a través de semilla
botánica, y la propagación asexual, mediante el uso
de tejidos vegetales que conservan la diferenciación
celular para generar nuevos individuos con partes
vegetativas de la planta (Fernández et al., 2017;
Hartmann & Kester, 1998). En este sentido, el estudio
de la propagación vegetal establece tres aspectos
fundamentales para tener éxito en la multiplicación
vegetal: el primero es conocer los procedimientos
técnicos y dominarlos con práctica y experiencia,
como, por ejemplo, hacer injertos; el segundo es el
conocimiento de las plantas por propagar, pues su
forma de desarrollo y su fisiología son fundamentales;
el tercero es la asociación entre los métodos de
propagación y el conocimiento de las especies, con el
fin de seleccionar el que mejor se ajuste (Hartmann
& Kester, 1998).
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