Sumario: | Las propiedades químicas del suelo están determinadas por la
interacción de varios constituyentes que tiene lugar entre las
partículas y la solución del suelo. Estos constituyentes son afectados
por propiedades físicas, como la textura, que a su vez determina la
proporción de arcillas, limos y arenas como indicador de la capacidad
de intercambio catiónico (cic), entendida como la cantidad de
cationes que pueden ser retenidos por un suelo en una condición
de pH determinada y que pueden ser intercambiados por otros nutrientes
disponibles en la solución del suelo. A su vez, características
climáticas locales, como la precipitación, pueden afectar las
propiedades químicas del suelo, como el pH, lo cual condiciona la
disponibilidad de nutrientes, o la temperatura, que, en combinación
con la humedad del suelo, dinamiza la actividad biológica para la
descomposición de la materia orgánica del suelo (mos). Las interacciones
químicas que ocurren en el suelo son muy complejas, pero
comprender ciertos conceptos básicos ayudará a gestionar el manejo
de la fertilidad del suelo de una manera más eficiente.
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