Mecanismos de promoción de crecimiento de las PGPB

La tendencia hacia cambios en los regímenes hídricos, alteraciones en la estabilidad y composición de los suelos y, en general, el cambio climático han generado efectos importantes en la productividad de los sistemas agrícolas, lo que ha requerido un aumento en el uso de agroquímicos de síntesis par...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autores principales: Posada Uribe, Luisa Fernanda, Moreno Galván, Andrés Eduardo, Santos Torres, Marilyn Tatiana, Estrada Bonilla, Germán Andrés
Formato: book part
Lenguaje:Español
Publicado: Corporación colombiana de investigación agropecuaria - AGROSAVIA 2022
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/20.500.12324/36979
Descripción
Sumario:La tendencia hacia cambios en los regímenes hídricos, alteraciones en la estabilidad y composición de los suelos y, en general, el cambio climático han generado efectos importantes en la productividad de los sistemas agrícolas, lo que ha requerido un aumento en el uso de agroquímicos de síntesis para lograr las metas y los estándares de producción (Tilman et al., 2002). De esta manera, pareciera que la premisa en el sector agrícola es producir más para satisfacer la demanda, sin importar las consecuencias del método que se emplee. La mayoría de los métodos disponibles para el manejo y control de los cultivos se basa en el mejoramiento de las propiedades fisicoquímicas del suelo, dejando los factores biológicos como un tema de menor importancia (Food and Agriculture Organization of the United Nations [fao], 2002). Sin embargo, el conocimiento de los factores biológicos del suelo se ha desarrollado por siglos, desde Teofrasto (372-287 a. C.), quien enunció la importancia de mezclar diferentes suelos para mejorar su riqueza, hasta la actualidad, cuando se conoce el uso de bioinsumos como una alternativa para una agricultura sostenible (Prasad et al., 2019). Sin embargo, los principios de la biología del suelo relacionada con la promoción del crecimiento de la planta solo se conocen desde un siglo atrás, cuando Hellriegel y Wilfarth iniciaron investigaciones sobre la fijación biológica de nitrógeno (N) atmosférico, y cuando Lorentz Hiltner, en 1904, descubrió que la capa de suelo inmediatamente aledaña a las raíces de las plantas es más rica biológicamente que el suelo que no tiene influencia radicular (Bhattacharyya & Jha, 2012).