| Sumario: | El transplante es utilizado en especies que requieren cuidados especiales para la germinación, como tomate y pimentón. También se recomienda en aquellas cuyo tamaño de semilla es muy pequeño y/o su desarrollo inicial es lento y demandan un cuidadoso manejo de plántulas. Para el establecimiento de semilleros se deben tener en cuenta características como: localización en lugares con buena luminosidad y ventilación, disponibilidad de agua para riego abundante, con adecuada conductividad eléctrica, pH entre 5,5 a 7,0 y sólidos en suspensión con concentraciones inferiores a 50 mg/l. Existen fundamentalmente dos tipos de semilleros: el semillero tradicional directamente en el suelo y el semillero en bandejas de inserción. Sustrato es todo material sólido, natural, de síntesis o residual, mineral u orgánico que, colocado en un contenedor, en forma pura o en mezcla, permite el anclaje del sistema radicular de la planta. En un sustrato de cultivo son más importantes las propiedades físicas que las químicas ya que estas últimas pueden ser modificadas por el agricultor. Los sustratos pueden ser: sintéticos provenientes de síntesis artificial generalmente no biodegradables como el icopor, las espumas y algunas fibras, minerales provenientes de minas y depósitos naturales como tierra, arena, vermiculita, perlita y lana de roca, orgánicos o materiales naturales extraídos de bosques o de subproductos agropecuarios como fibra de coco, cascarilla de arroz, compost y turba. Los principales inconvenientes que se presentan en los semilleros y en el proceso de transplante son: algas desarrolladas sobre los sustratos debido a la humedad, pájaros que se alimentan con las semillas, defoliadores larvas de insectos que se alimentan de las plántulas tiernas, patógenos microorganismos, generalmente hongos capaces de causar enfermedades y transplante tardío que provoca entrelazamiento de maíces, lo que ocasiona daños mecánicos al momento del transplante
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