Sumario: | La mayor parte de la producción de biomasa
o la producción primaria neta (PPN)
contenida en el material vegetal vivo
eventualmente se transfiere a depósitos
de materia orgánica muerta (MOM) (es
decir, madera muerta y hojarasca). Algunos
depósitos de MOM se descomponen
rápidamente, devolviendo el carbono a
la atmósfera, pero una parte se retiene
en los agroecosistemas durante meses,
años o décadas (IPCC, 2019), dependiendo
de su gestión. Este depósito juega un
rol importante en la dinámica del carbono
en el horizonte superficial del suelo.
La hojarasca y la madera muerta provenientes
de árboles de marañón y de
especies acompañantes resultan en una
descomposición gradual que contribuye
al ciclo de nutrientes, al ingreso del carbono
en el suelo y, por tanto, a la disponibilidad
de nutrientes para las plantas.
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