Sumario: | Tradicionalmente, la resistencia/susceptibilidad natural a brucelosis ha
sido medida en ganado bovino a través del uso de ensayos de desafío
infeccioso in vivo e in vitro (Harmon et al., 1985 - 1989; Price et al., 1990).
Los macrófagos obtenidos a partir de monocitos o de la glándula mamaria
de animales genéticamente resistentes a un desafío infeccioso in vivo con
Brucella abortus (Cepa 2308) son más hábiles para evitar la replicación
intracelular de la bacteria (Harmon et al., 1989; Campbell y Adams,
1992). Esta misma habilidad se ha demostrado en ratón en desafíos
con Salmonella dublin y Mycobacterium bovis (Radzioch et al., 1991 -
1994). Estudios clásicos de mejora genética sugieren que la resistencia a
determinadas enfermedades infecciosas está bajo un control multigénico,
demostrando que la resistencia natural a Brucella abortus (utilizando
como criterio la recuperación bacteriana después de un desafío infeccioso
inducido durante la gestación) es heredable (Templeton et al., 1990).
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