Métodos de aplicación de biofertilizantes bacterianos

El éxito de la inoculación depende tanto de la efectividad de las bacterias utilizadas como de la tecnología empleada para su aplicación. La razón del uso de inoculantes formulados es simple: con la inoculación de bacterias en suspensión aplicada directamente en el suel...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autores principales: González de Bashan, Luz Estela, Legorreta, Manuel Moreno, Hernández, Juan Pablo, Mendoza Labrador, Jonathan Alberto
Formato: book part
Lenguaje:Español
Publicado: Corporación colombiana de investigación agropecuaria - AGROSAVIA 2022
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/20.500.12324/37082
Descripción
Sumario:El éxito de la inoculación depende tanto de la efectividad de las bacterias utilizadas como de la tecnología empleada para su aplicación. La razón del uso de inoculantes formulados es simple: con la inoculación de bacterias en suspensión aplicada directamente en el suelo, sin una formulación adecuada, la población de bacterias se ve rápidamente diezmada. Este resultado, combinado con una pobre producción de biomasa bacteriana, la dificultad para mantener la actividad bacteriana en la rizósfera y el estado fisiológico de las bacterias en el momento de la aplicación, puede afectar la concentración de pgpb en la rizósfera. Para obtener una respuesta positiva de la planta, es esencial contar con un número mínimo de células viables, el cual difiere según la especie.La heterogeneidad característica de los suelos es el obstáculo más importante en la inoculación. En algunas ocasiones, las bacterias introducidas pueden encontrar todos los nichos de la rizósfera colonizados por otros microorganismos, por lo que las bacterias introducidas sin protección deben competir con la microflora nativa (a menudo mejor adaptada) y enfrentar la depredación por parte de la microfauna del suelo. Como respuesta, una función importante de cualquier formulación es proporcionar un microambiente más adecuado, así como protección física durante un tiempo prolongado. Las formulaciones empleadas en campo deben diseñarse para proporcionar una fuente confiable de bacterias que puedan sobrevivir en la rizósfera y estar disponibles para los cultivos cuando sea necesario (Bashan et al., 2014; Calvo et al., 2014; Herrmann & Lesueur, 2013).